HISTORIA
CONTEMPORÁNEA:
Luego de la época del Virreinato, Moyobamba, se caracterizó por ser una ciudad de tolerancia, acogida y bienvenida a numerosos grupos minoritarios a lo largo de su historia, entre 1860 y 1870, recibió a varias familias judías askenazis, y en la misma época recibió a un sin número de pobladores denominados "Shilicos", como se le conocía a los judíos sefardíes que se asentaron previamente en la región andina de Cajamarca y que fueron expulsados por la población y el clero local.
Desde 1853 remanentes de numerosas familias austriacas y alemanas diezmadas por fallidos programas de inmigración en la selva central, arribaron a Moyobamba.
También entre 1860 y 1880, la ciudad y la zona circundante, recibió a numerosos chinos fugitivos o liberados de la esclavitud de la costa peruana, que trajeron consigo el cultivo de arroz a la zona y la adicionaron a la gastronomía.
En 1898, Emilio de Vizcarra, se declaró "Jefe supremo de la nación Selvática", colocando autoridades abusivas a lo largo de Maynas y en el Departamento Marítimo Militar de Loreto. En 1900, la población tanto criolla, extranjera, española y aborigen de Moyobamba se levantó en armas contra los abusos del General Emilio de Vizcarra; el 27 de febrero de 1900, Vizcarra acude a Moyobamba para aplacar los ánimos de la población, pero es asesinado por una mujer del contingente de indios lamistas de apellido Tapullima, dando fin a la sublevación de Vizcarra contra el gobierno peruano de Augusto B. Leguia.
En 1920, arriban a la ciudad ciudadanos de origen armenio y griego huyendo de un Genocidio en Turquía, y pobladores italianos que huyen de los efectos de la Primera Guerra Mundial. En esta misma época llegan los primeros misioneros evangélicos ingleses y sus familias, entre ellas Annie Soper, que se convertirá en un símbolo de Caridad y trabajo humanitario cuando una epidemia de disentería y viruela aquejaba a Moyobamba entre 1921 y 1922.
En 1922, la ciudad se convirtió en uno de los centros urbanos de batalla, típico de guerra de guerrillas durante la Revolución de Cervantes, enfrentando a militares, sublevados y civiles, causando innumerables bajas.
En las primeras décadas del siglo XX, Moyobamba así como numerosas ciudades y pueblos de la cuenca del río Huallaga, enfrentan un despoblamiento masivo debido a la fiebre del caucho en la relativamente nueva ciudad de Iquitos, pasando así la ciudad por un período de decadencia cultural, económica y social, donde la población urbana de la ciudad pasó de 44,000 en 1897 a casi 8,000 en 1940.
A finales de 1940, llegan a la ciudad numerosos refugiados de la Segunda Gran Guerra Mundial, entre ellos polacos y serbios, asimismo llegan pobladores de origen japonés asentados en Lima, luego que se desataran ataques y una política contra ellos por la unión del Perú a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1967 y 1968, Moyobamba es interconectada por vía terrestre con el resto de la nación, mediante la actual carretera Fernando Belaúnde Terry.
En la década de 1970, Moyobamba recibe un gran número de refugiados de antiguos hacendados europeos y mestizos de la cuenca del río Huallaga como del departamento de Amazonas que pierden sus posesiones territoriales debido a la Reforma Agraria del entonces presidente Juan Velasco Alvarado; posteriormente arriba a la ciudad un fluído número de migrantes de la costa y de los Andes, especialmente de la zona norte.
Desde 1987, debido al grave espiral de violencia que se vive en otras zonas del país, y ante la cual Moyobamba queda casi inmune, varios contingentes de desplazados llegan a la ciudad; atiborrada de ellos y con pocos proyectos habitacionales para acogerlos, la densidad urbana y el hacinamiento se disparan, generándose problemas de abastecimiento que afortunadamente no llegaron a desembocar en conflictos sociales.
El 29 de mayo de 1990, un sismo con Magnitud 6,9 sorprende a la ciudad poco preparada para eventos telúricos de intensidad, dejando 17 muertos, 180 heridos y 12,000 damnificados, asimismo la destrucción de numerosos edificios de valor arquitectónico, incluidas la Catedral Católica Romana de Santiago Apóstol, las iglesias de Sagrado Corazón y la de Zaragoza, edificios públicos administrativos, centros educativos y daños a los sistemas de energía eléctrica y agua potable, en algunas zonas se evidenció el fenómeno de licuefacción.
El 04 de abril de 1991, dos nuevos fuertes terremotos, dejan 11 fallecidos, 156 heridos y 20,000 damnificados, el derrumbe de más edificios emblemáticos y daño irreparable a la arquitectura de la ciudad.
El día 10 de enero de 1993, la ciudad es por primera vez en su historia asediada de manera feroz por aproximadamente 1,000 terroristas del grupo armado "Movimiento Revolucionario Túpac Amaru" (MRTA), con el uso de armas de guerra, incluidas ametralladoras y morteros, cargas de dinamita, y autos bomba, que bloquearon cinco accesos de la ciudad, y se enfrentaron en distintos barrios contra las Fuerzas Armadas Peruanas y elementos de la Policía Nacional; durante el evento fallecieron 9 policías, más de 6 terroristas (algunas fuentes mencionan hasta 30), 2 soldados de la Base Militar de Rioja, 4 soldados del destacamiento de Tarapoto, y 02 soldados de Infantería de Moyobamba, además de indeterminado número de civiles, por el fuego cruzado, incluidos dos varones tras la explosión de una agencia bancaria del Banco de Crédito del Perú, y una mujer que se refugiaba tras un muro en la zona sur de la ciudad. Decenas de personas quedaron heridas. Varias agencias bancarias, además de centros comerciales e instituciones públicas quedaron dinamitadas.
En 1998, se llevaron a cabo los últimos estragos del terrorismo en la zona, esta vez con atentados dirigidos contra torres de alta tensión y sub-estaciones de energía eléctrica que dejaron la ciudad sin servicio eléctrico en múltiples oportunidades.
Entre 1999 y el año 2000, la ciudad se enfrentó a una política de traslado de actividades administrativas y gubernamentales hacia Tarapoto, 80 Km al SE; situación que concluyó en un profundo conflicto social con alborotos que dejaron una víctima mortal, varios heridos, pérdidas económicas, destrucción del local del Gobierno Regional en Moyobamba, saqueos, bloqueo de carreteras, y ante el riesgo de desmembramiento de la región en entidades independientes una de la otra; la situación se resolvería en el año 2006 con el retorno de las sedes de entidades estatales a la ciudad.
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